En el contexto de los crecientes costes de la energía y la preocupación por el cambio climático, el ahorro energético se ha vuelto una prioridad tanto para empresas como para particulares. La electricidad representa uno de los principales gastos en muchos hogares, por lo que encontrar formas de reducir el consumo y ser más respetuosos con el medio ambiente se ha vuelto más relevante que nunca.
En este escenario, la domótica emerge como un nuevo aliado en la búsqueda de eficiencia energética. La domótica se define como un conjunto de técnicas y tecnologías que automatizan edificaciones, ofreciendo servicios de gestión energética eficiente, telecomunicaciones, seguridad y comodidades para facilitar la vida de las personas. Estos sistemas se encuentran interconectados mediante redes de comunicación cableadas e inalámbricas.
En la actualidad, la tendencia en domótica es utilizar redes wifi para conectar los dispositivos, permitiendo controlarlos a través de aplicaciones específicas para cada dispositivo o mediante aplicaciones universales como Google Home, que integra todos los dispositivos conectados en un solo lugar. Estas aplicaciones se ejecutan en smartphones y tabletas, maximizando la comodidad del usuario al proporcionar acceso y configuración remota.
La domótica no solo ofrece comodidades para el día a día, sino que también puede contribuir significativamente al ahorro de energía eléctrica. Veamos algunos ejemplos:
Control Remoto y Automatización: Gracias a la posibilidad de gestionar los dispositivos desde internet, podemos asegurarnos de apagar aparatos eléctricos desde cualquier lugar, evitando gastos innecesarios.
Gestión Automatizada de Persianas: La automatización de persianas permite ajustar la iluminación y la climatización, reduciendo el consumo eléctrico en verano e invierno.
Uso de Sensores: Los sensores de movimiento pueden activar la iluminación en zonas de paso solo cuando es necesario, evitando el desperdicio de energía.
Control de Potencia de Iluminación: Los reguladores de intensidad lumínica permiten ajustar el gasto de energía según las necesidades de cada espacio.
Termostatos Inteligentes: Los termostatos pueden programarse o funcionar de forma automática para optimizar el consumo eléctrico según la temperatura ambiente.
Aunque la instalación inicial de un sistema domótico puede tener un coste significativo, este se rentabiliza a medio plazo debido al ahorro energético obtenido y al aumento del confort asociado. La domótica se presenta como una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia energética en los hogares, ayudando a cuidar el medio ambiente y reducir el impacto económico de las facturas eléctricas.
